Mi vida en la Escuela de Idiomas Nerja

Escrito de nuestra alumna Susanne Stub

Nada más llegar, en 2011, me enamoré del pueblo hermoso, y el día siguiente, al empezar en la escuela, me aficioné a la escuela y a la enseñanza allí. Los profesores son muy competentes, crean un ambiente agradable, y la enseñanza es seria, pero siempre con sentido del humor.

Después de haber participado tres veces, durante dos semanas cada vez, en los cursos en grupos, tuve las primeras clases individuales; y pronto me di cuenta de que eso era la forma de enseñanza adecuada para mí.

Estoy jubilada, o sea, no es necesario para mí aprender español, pero se ha convertido en una afición y no puedo dejar de querer mejorar. Puedo decir que casi todo lo que he aprendido, lo aprendí en esta escuela. En septiembre empiezo en el nivel C2, y me hace mucha ilusión otra vez concentrarme cien por cien dos horas cada día en la enseñanza con el profesor. Algunos podrían preguntar, si dos horas pueden ocupar todo el día, y yo diré que sí, porque después de la clase siguen cuatro o cinco horas de deberes, o como yo los llamo, de juguetes, porque los ejercicios son para mí un jugueteo. No es que sea coser y cantar, al contrario, me dan desafíos, con los que me encanta trabajar.

Además me alojo en un apartamento de la escuela cuya terraza se convierte en el despacho más hermoso con vistas sobre el patio.

Sin embargo, es necesario un descanso de vez en cuando para “vaciar” la cabeza de vocablos y prepararla para más ejercicios. Normalmente doy un paseo rápido a lo largo de las playas Carabeo y Carabeillo, y me quedo un rato arriba de una de estas playas, simplemente contemplando la vista hermosa cuando el sol brilla sobre el agua, y escuchando el sonido de las olas; concentrándome cien por cien, al poco tiempo entro en el estado de “fluir”.

Después de un descanso semejante, estoy lista para aprender más y tengo mucha energía y muchas ganas de escribir la redacción diaria. Eso lo hago muy a menudo en el Café Kronox, y a pesar de que hay mucho ruido alrededor de mí en la plaza, también aquí puedo entrar en el estado de “fluir”, esta vez concentrándome en escribir. De este modo combino el aprendizaje con las vacaciones.

El problema es que cada estancia tiene un final. No solo es triste marcharse de este pueblo encantador y la enseñanza fenomenal, sino también es una cuestión de cómo mantener el nivel obtenido. Intento hacerlo así: Tengo la suerte de poder ver la cadena española TVE International en mi casa en Dinamarca, y lo primero que hago por la mañana es encender la tele y escuchar el programa “El Desayuno”. Muy a menudo son los políticos que hablan, y lo hacen de manera clara. Por la tarde veo mi programa favorito desde 2013, Saber y Ganar. La sensación de poder adivinar, aunque raramente, una palabra en el reto, me llena de orgullo.

Finalmente leo solamente libros en español, e incluso antes de dormirme para que la lengua esté en mi cabeza toda la noche.

Y por ultimo no hay más remedio que alegrarse de antemano por la novena estancia en la Escuela, que llegará en septiembre, porque en Copenhague no puedo encontrar una enseñanza semejante.

Autor entrada: EINerja

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