Érase una vez Celia Cruz, la famosa cantante cubana, estaba dando un concierto en Canadá. Mientras Celia cantaba y tomaba una cerveza, el grupo Calle 13 pasó por la calle 12, conduciendo un coche lleno de chuchos, haciendo mucho ruido y perseguidos por un grupo grandísimo de más chuchos aún.
De repente, Calle 13 frenó, estacionó, salió de su coche con todos los chuchos y todos entraron al concierto de Celia haciendo aún más ruido que antes. Al principio, Celia se enfadó pero intentó ignorarles. Imposible, Celia se enfadaba más y más, hasta que paró el concierto y gritó: “¡Cállate Calle 13! Estoy dando un concierto colosal”.
Después de un rato, ella les perdonó y los invitó al escenario con ella. Fue un concierto fantástico, y todos vivieron felices y comieron codornices.